Cuando uno lee según qué cosas, no puede por menos que frotarse los ojos ante la incredulidad de ver que quien actúa de una manera pueda luego atreverse a escribir, sin ningún pudor, lo contrario y, además, procurando hacerlo con tintes acusatorios hacia el que actúa con absoluta coherencia con sus dichos y hechos.

Y lo que hace CC.OO. en su Comunicado 13, la verdad es que no tiene nombre, porque el nombre que habría que darle no puede publicarse. Analicemos algunas de las “joyas” que mencionan en este comunicado:

  • “CC.OO. ha venido manifestando en todos los foros en los que tiene participación (…)”. La realidad es que, transcurridos dos años de negociación del Desarrollo Profesional, lo único que han dicho es que no les vale nada, pero no han aportado nada en ninguna mesa para ningún colectivo y ahí están las actas y sus anexos para atestiguarlo. Si ni tan siquiera se han molestado en adornarlo bajo una supuesta plataforma de máximos para justificarse, ¡es que no han hecho nada de nada! Parece que un posible acuerdo no encaja en su estrategia de “a río revuelto…”.
  • “En lo que hace referencia al Marco Regulador de Conducción, a pesar de no haber participado en la elaboración de dicho fiasco, CCOO, en las visitas y asambleas realizadas (…)”. Imaginamos que cuando habla de visitas unido a las asambleas se refiere como visitas a aquéllas asambleas a las que sólo han asistido los convocantes y en las que, efectivamente, fueron dos dirigentes de CC.OO. a la asamblea, ningún trabajador y resultó que la votación fue unánime de 2 a 0 a favor de la opinión de CC.OO. Cierto que el resultado podría calificarse de éxito, pero para no ser malvados lo calificaremos de éxito relativo… o quizá esto es lo que califican de fiasco. En cuanto a la participación, como ya hemos señalado, no han participado en la elaboración de este Marco Regulador ni de ningún otro y pensaremos que lo han hecho porque ese era su interés, porque no queremos pensar que ha sido por vagos.
  • Carencias del acuerdo. Señalan una relación, que no les vamos a explicar punto por punto porque todavía no se han enterado, aún cuando reconocen que hace más de un año que se acordó entre SEMAF y la Empresa, pero que contiene cosas como que no hay promoción (será porque llegar en 6 años al nivel superior del personal operativo debe ser un retroceso); incertidumbre en el tratamiento de no aptos (cuando van a poder optar a Jefe de Maquinistas, mejorar su situación y, en cualquier caso, garantizar como mínimo sus condiciones actuales); desregulación de la jornada (cuando se regula que cualquier exceso sobre 8 horas diarias o 40 semanales va a ser penalizado con mayor tiempo de descanso que el exceso producido), etc.
  • Empleo. En este tema hay que echarle cara para hablar de ello. Sólo SEMAF mantuvo su propuesta de transformar en empleo estable y de calidad el 0,5% de 2009 y el 0,3% de 2010 que, con carácter lineal y en pago único y no consolidable supuso la prórroga del Convenio. Y CC.OO. se negó a transformarlo en empleo. Y CC.OO. ha intentado negar el ingreso en la Empresa a los Ayudantes Autorizados. Y SEMAF ha apostado por el empleo en sus desconvocatorias y ha conseguido un mínimo de 158 nuevos ingresos en conducción a pesar de, sobre todo, CC.OO. Y todavía los dirigentes de CC.OO. se atreven a decir que los acuerdos de SEMAF “no suponen ningún avance en el nivel de empleo”.
  • “Colaboracionismo, abuso de poder…”. ¿Cómo pueden atreverse siquiera a utilizar estos términos refiriéndose a alguien que no sean ellos mismos? Un sindicato que firma en solitario acuerdos sobre pensiones que no cuentan con el respaldo de ningún trabajador ni de ningún otro sindicato, que califica de mejor Presidente de la democracia a aquél que consiguió que los empresarios incrementaran casi un 100% sus beneficios y los trabajadores retrocedieran más de un 4% en sus salarios con su colaboración y correspondientes acuerdos de contención salarial (ver datos económicos de la época). Y dice ser un sindicato de clase, ¿pero a qué clase representa?

Pero claro, no es lo mismo que ellos se feliciten por los beneficios empresariales a que un Colectivo, representado por un Sindicato Profesional, obtenga un justo reconocimiento a su profesión y que consiga mejorar aspectos fundamentales de sus representados tanto desde el punto de vista social, como económico y laboral y que, además, se permita el lujo de crear empleo estable y de calidad, robándoles con la fuerza de la razón y con hechos el discurso que ellos hacen de boquilla.

Y claro, duele, y mucho, que uno convoque asambleas por distintas partes del territorio y no asistan ni 100 trabajadores cuando a las que convocan otros asisten más de 2.000. Y duele, más todavía, que los trabajadores respalden mayoritariamente acuerdos a los que uno se opone “per sé”, quedando sólo el recurso del pataleo de pedir a los trabajadores que no se movilicen.

Pero lo más triste es que son muchos los trabajadores ferroviarios que respaldaron a CC.OO. en las elecciones sindicales y ellos han interpretado que lo hicieron única y exclusivamente para que pudiesen preparar las próximas a ver si consiguen algún delegado más para poder escribir en sus comunicados que son el sindicato mayoritario, pues parece que se alimentan de sus propios titulares, aunque detrás no haya absolutamente nada.

En estos tres años, fundamentalmente, se han negociado tres cosas: a dos llegaron los últimos y sin aportar nada a la negociación (ERE, que firmaron mes y medio después, y I Convenio Colectivo, que firmaron “in extremis”) y a la última, el Desarrollo Profesional, no parece que vayan a llegar, aunque nunca se sabe, porque tienen tan poca vergüenza que son capaces de firmarlo sin cambiar una coma y empapelarnos la Renfe de titulares por el gran trabajo realizado.