La actuación de los responsables del Sector Ferroviario de CC.OO. desde hace largo tiempo viene siendo inexplicable en la práctica totalidad de su actividad sindical, si bien, a pesar de que hay actuaciones que son incomprensibles y cuya justificación no se sostiene desde ningún punto de vista, no hemos valorado y calificado las mismas.

Así, podríamos hablar de muchos y muy diversos temas de gran envergadura en los que los virajes de un extremo a otro en cuestión de días, o incluso horas, se explican sin ningún rubor ni argumento que los sustente, como el ERE o el Convenio actualmente vigentes, que criticaron inicialmente para después, sin cambiar ni una coma, adherirse, autoproclamándose protagonistas de su consecución. O el 0,5% que trataron de destinar a un plan de pensiones, luego reclamaron su abono y consolidación y en la actualidad se limitan a firmar pagos únicos y no consolidables. O la gran movilización por el empleo del día 12 del 12 a las 12 que el día 18 ya se les había olvidado, reemplazando el empleo consolidado por unos eurillos para el año en curso.

Y por supuesto, cada cosa y la contraria, “cargadas de argumentos” y méritos por su parte, porque cuando no se acuerda algo es gracias a que ellos han presionado a la empresa para que ponga más encima de la mesa y cuando se firma (sin que la empresa ponga nada más) es gracias a que ellos han participado en la negociación. Este tipo de actuaciones, al principio, nos llevaban a pensar si sería posible tener tanta cara, pero cuando compruebas que es lo habitual entiendes que sí, que sí es posible, que es una manera más de actuar, aunque no una manera como cualquier otra: para esto hay que valer.

Actualmente, parece que han empezado su precampaña electoral en las diferentes empresas ferroviarias y como, con tal de apuntarse tantos y pincharse medallas en el pecho, son capaces de cualquier cosa, están metiendo la pata hasta adentro en varios ámbitos y, eso sí, orgullosos de hacerlo, porque aunque su actuación perjudique a los trabajadores, ellos siempre tienen razón.

CONFLICTO COLECTIVO EN RENFE OPERADORA

En Renfe Operadora parecen tener como único objetivo el bloqueo de cualquier negociación, ya sea de mayor o menor calado, como desarrollo profesional, movilidad, convocatorias de ingreso, etc.; pues entienden que a río revuelto más podrán pescar en las elecciones sindicales. Pero como necesitan titulares para justificar el continuar un año más sin hacer nada, han decidido interponer conflictos colectivos aún a riesgo de que su resolución perjudique a los trabajadores.

Y así nos hemos encontrado con una sentencia desfavorable de la que la Dirección de la Empresa ha hecho una interpretación libre con la que pretende descontar a los trabajadores casi tanto dinero como ha supuesto la prórroga del Convenio que, entre otros, ha suscrito CC.OO. Por supuesto, SEMAF, e imaginamos que el resto de sindicatos, no va a aceptar dicha interpretación ni, por supuesto, que se descuente a los trabajadores cantidad alguna, pues una cosa es padecer diariamente la actuación de los responsables de CC.OO. y otra muy diferente es que tengamos que pagar de nuestro bolsillo por su torpeza manifiesta y por su falta de rigor en sus actuaciones en la búsqueda desesperada de titulares.

VIAJES EN LOS TRENES DE RENFE OPERADORA DE LOS TRABAJADORES DE FEVE, FGC Y FGV

Hasta ahora estábamos acostumbrados a que algunos sindicatos, como CC.OO., utilizasen las diferentes reuniones y sus actas para tratar de sacar titulares para sus comunicados, aspecto este que siempre es indicativo de la estrechez de miras y ausencia de objetivos propios del que lo hace.

Pero lo que ya roza el patetismo más absoluto, además de tratarse de una manifiesta irresponsabilidad, es trasladar este tipo de actuaciones a las sesiones del Consejo de Administración de una empresa, en este caso, Renfe Operadora, para publicar documentos en los que describen, desde su óptica particular, el desarrollo de la sesión y las manifestaciones de los consejeros, obviando, por supuesto, que el acuerdo para denunciar los convenios existentes con las empresas FEVE, FGC, FGV y SFM y negociar nuevos convenios se tomaron por unanimidad (también CC.OO.) y que ello significaba que, en caso de no alcanzar acuerdos para un nuevo convenio, los beneficios aplicables a los trabajadores de esas empresas serían CERO.

Obvian decir, también, que en esa misma decisión unánime del Consejo de Administración se concretaban los criterios para la negociación de los nuevos convenios: corregir el desequilibrio existente entre las prestaciones facilitadas a los trabajadores de estas empresas por parte de Renfe Operadora y las percibidas por los trabajadores de Renfe Operadora por parte de estas empresas.

Y obvian decir, por último, que similares condiciones están ya establecidas en los Convenios suscritos por Renfe Operadora con ADIF y EUSKOTREN, sin que, al menos en ADIF, esto haya repercutido en una pérdida de derechos para los trabajadores.

Lo que pasa es que como los responsables de CC.OO. han decidido que no quieren hacer nada, salvo acechar por las reuniones a la caza de titulares que les puedan dar votos, prefieren echar la culpa al empedrado, y si de paso hay algún otro Sindicato, mejor que mejor; cuando lo que deberían hacer, que es lo que va a hacer SEMAF, es exigir a las empresas que garanticen los beneficios actuales para sus trabajadores en los títulos de transporte y si el convenio que tengan las empresas entre ellas no cubre dichos beneficios en su totalidad, será la empresa de cada uno la que tenga que aportar la diferencia, como ya ocurre en el caso de ADIF, cuyos trabajadores mantienen sus derechos aunque sea su empresa la que tenga que abonar la diferencia entre lo que paga el trabajador a Renfe Operadora y lo acordado en el Convenio entre empresas.

Lo que tienen que hacer es ponerse a trabajar y olvidarse de titulares, medallas y demás, pues los trabajadores ferroviarios valoran más el trabajo de cuatro años que las milongas que cuenten en los comunicados y la realidad del trabajo realizado por CC.OO. en la última legislatura en las empresas ferroviarias se puede calificar de lamentable. Y su irresponsabilidad, con actuaciones como las mencionadas, deplorable.