SEMAF ha coordinado, junto con el Comité General de Empresa del Grupo Renfe, la activación del procedimiento para decretar, por la vía de urgencia, el cese de la actividad por riesgo grave e inminente para las personas trabajadoras y los pasajeros, entre las estaciones de Atocha y Recoletos, tras los múltiples accidentes ocurridos.

Ante la frecuencia de los accidentes no podemos esperar a que el desenlace del próximo tenga peores consecuencias. La llamativa consecución de dichos accidentes ferroviarios pueden derivar directamente de un deficiente mantenimiento de la infraestructura para su correcto funcionamiento, del mantenimiento del material rodante y de la falta de inversión en la red destinada a las circulaciones en vía convencional  (la que no está destinada a la alta velocidad) que está diciendo basta a sus administradores (ADIF y Ministerio de Transportes).

Anoche, por tercera vez en menos de 12 días, se produjo un nuevo descarrilo de un tren de cercanías con 60 pasajeros a la entrada de Atocha.

Recordamos que, el pasado 26 de noviembre, un Talgo procedente de Almería descarrilaba con 37 pasajeros a bordo en la entrada a la estación de Atocha, dentro del túnel que lleva a la estación de Recoletos. Y, posteriormente, el 5 de diciembre, un tren de cercanías con 180 pasajeros descarrilaba en el mismo punto de la infraestructura ferroviaria.

Se está desatendiendo (con un servicio deficiente) la red ferroviaria Convencional que es la que, con los trenes de Cercanías, presta servicio a la mayor parte de la demanda de transporte ferroviario; quienes necesitan moverse dentro de un núcleo urbano y entre poblaciones de su entorno, para llevar a cabo las necesidades del día a día, que la utilizan como medio principal de transporte.

Solicitaremos, además, una reunión con los responsables técnicos y políticos para conocer de primera mano cual es la estrategia real de la Administración; han de comprender que una línea insegura, deficiente y ralentizada a causa de las limitaciones de velocidad y los accidentes continuos, produce que los usuarios dejen de utilizar este servicio público para su movilidad.