Desde su creación, nuestro Sindicato ha defendido que el ferrocarril es un eje vertebrador de la península y un agente socioeconómico, además de herramienta de sostenibilidad para todo el Estado.

El fraccionamiento de las empresas públicas, financiadas por todos los ciudadanos, no aporta una mayor eficiencia ni un crecimiento de este medio de transporte frente a otros.

Las afirmaciones y propuestas que han vertido a los medios las autoridades, tanto ministeriales como autonómicas, no solo son un despropósito, sino una búsqueda incansable de la justificación, para unos hechos que creemos que tienen ya premeditados.

Entendíamos satisfechas las demandas de estas autoridades con el acuerdo alcanzado con la Representación Legal de los trabajadores cuando se inició el proceso en el año 2007.

No toleraremos la agresión que supondría la negociación de una transferencia de la manera que pretende realizarse, según las afirmaciones públicas, y mucho menos obviando la opinión de las personas que trabajan en dichas empresas.

Esta situación (vivida en el pasado en el ferrocarril de Ancho Métrico) no es nueva, ni aporta otras soluciones. El resultado de aquel despropósito está a la vista, ni crecimiento, ni mejora, ni evolución, ni mejor gestión.

La transferencia de activos, de factores productivos a organismos autonómico, es un fracaso para el sector ferroviario, más allá de la actual gestión de la que dispone en este caso la Generalitat de Cataluña.

Nuestra ardua defensa de la normativa europea, la cual promueve un espacio común ferroviario, no pasa por la cesión de personal o material (en el caso de la operadora) que desempeñan un servicio público esencial y mucho menos a administraciones que han demostrado ser incapaces de mejorar el servicio al ciudadano estando bajo su gestión por el mero hecho de acaparar más control político.

Prevemos tiempos difíciles en los próximos meses, puesto que la noticia de las posibles trasferencias, la continuada deriva del sector de mercancías y la merma de circulaciones en esta liberalización de servicios comerciales, es la gota que colma el vaso y que pone en peligro el ferrocarril público.

La inactividad de la actual Dirección del Grupo Renfe ante estos propósitos, dejan una vez más en las manos de las personas trabajadoras la lucha por la NO desintegración de la Operadora pública.

Somos quienes fuimos, quienes somos y quienes decidamos ser. Somos Maquinistas, somos Ferroviarios y nuestras prioridades son defender nuestra profesión, la creación de empleo, además del servicio público esencial que desempeñamos.