En la mañana de hoy, se ha celebrado una reunión de la Comisión Negociadora del II Convenio Colectivo del Grupo Renfe, donde la postura a favor de UGT y CCOO junto con la inestimable abstención de CGT, han facilitado la prórroga de la vigencia del II Convenio Colectivo del Grupo Renfe, sin ninguna mejora aparente ni variación, es decir, una prórroga que pone de relieve la falta de proyecto de la actual Dirección.

Por todos es sabido la demanda de nuestra organización de un proyecto a futuro del Grupo donde se garantice el empleo y las condiciones sociolaborales del personal de conducción en particular y de los trabajadores ferroviarios en general. La incertidumbre generada con este acuerdo en papel mojado, sin ningún avance ni mejora sobre lo conseguido hasta la fecha, solo da pie a una interpretación de fracaso en las relaciones laborales del Grupo.

Las reivindicaciones del colectivo de conducción eran realistas y conscientes de las limitaciones que representa una situación como la derivada de una crisis sanitaria y social, pero han sido totalmente obviadas en este acuerdo, por lo que entendemos que otros colectivos son considerados más representativos que nosotros dentro del Grupo según la propia Dirección.

El tratamiento y mejora de los actuales Mandos Intermedios de Conducción, así como la incorporación de la figura de Maquinista Instructor en armonía con los anteriores, el avance de las Mesas de negociación, la reducción de Jornadas en cómputo diario (única alternativa para colectivos con nuestro tipo de producción), la reducción en la permanencia en la clasificación de categorías y la eliminación de los agravios que pudiese originar el actual modelo de movilidad no han sido considerados en ningún momento por esta Dirección en el acuerdo.

Además, llama la atención que haya sido SEMAF quien ha reivindicado la recuperación económica de las categorías de entrada, al no haberse conseguido la internalización de cargas de trabajo perdidas anteriormente, aspecto que sirvió para justificar a CCOO y UGT la pérdida adquisitiva de estas categorías.

Sumado a esto se ha vendido como un triunfo la reducción de las percepciones económicas variables, ya que supondrán una pérdida de poder adquisitivo de un 16% en el ejercicio actual y al menos de un 30% en el ejercicio 2021 en sus respectivos conceptos.

Las pretensiones manifestadas por el Grupo de restablecimiento de todas las circulaciones perdidas a causa de la actual crisis a fecha de junio del siguiente año, son una vez más una mofa a todos los trabajadores, ya que, habiendo perdido más de 600 puestos de trabajo en el año 2020, no es comprensible la recuperación de los tráficos sin un aumento proporcional del empleo, situación que actualmente es una quimera por la falta, deliberada, de previsión por parte de la Dirección, ya que de todos es sabido la falta de consecución de acciones necesarias derivadas del Plan de Empleo (Adscripción, movilidad, incorporaciones,…).

Llama la atención que organizaciones no firmantes del actual Convenio Colectivo se abstengan cuando las modificaciones planteadas no suponen ningún cambio real en el actual acuerdo, lo que supone una incoherencia clara de actuación, cuanto menos cómica; salvo que les garantice un puesto en las mesas técnicas y entonces se justifica el apoyo mostrado al acuerdo.

Todo esto es la moneda de cambio a la solidaridad y la fidelidad mostrada por el colectivo de conducción con la sociedad en la crisis sanitaria actual, además de la actitud de voluntad y servicio público que en todo momento hemos demostrado.

No podemos, ni debemos, ni queremos ser cómplices de la falta de timón, rumbo, y falta de hoja de ruta de la empresa en este nuevo escenario.

Solo defenderemos la creación de empleo y un proyecto definido que de viabilidad al Grupo Renfe y no suponga un fracaso en la liberalización, aspecto en el que son especialistas después del fracaso en el segmento del transporte de mercancías, por su similitud con la situación política actual.

De todas formas, este trio de las Azores, con las dos superpotencias y el amigo español, nos garantiza un periodo de longeva controversia, con su guerra de intereses, es decir, los servicios de a bordo, en tierra o Logirail. O quizá estamos asistiendo a un matrimonio poli.amoroso de conveniencia.

Luchamos por el empleo, la profesionalidad, la formación y la seguridad, además de un ferrocarril público de calidad.